No pudo ser accidental: el cuchillo le atravesó el corazón. Se clavó en el centro de su inteligente, idiota, terco y sobreprotector corazón.
No puedo devolverle la sonrisa. No creo que sea capaz de sonreír sinceramente nunca más.
No es recomendable enamorarse. Es la peor debilidad posible.
Su voz hace que mi mente se detenga, que deje de analizar las cosas, y la llena de emociones: a veces de deseo, otras de miedo, otras incluso de ira. Pero siempre me provoca algo, algo que no estaba antes ahí.
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