Mi cabeza siempre está llena, aunque muchas veces se trate de pensamientos vacíos.
Pienso en tantas cosas…
Tan pocas cosas pasan.
Pero pensar en ellas me reconforta.
Salgo de ese oscuro agujero en el que estoy inmersa.
Sonrío.
Quince segundos.
Choque con la realidad.
Sigo en el mismo sitio en el que estaba.
Vuelta a pensar.