Retomo este antiguo blog, olvidado, como método de escape.
Últimamente he decidido dejar de ver las noticias, no sé si por la proximidad a las elecciones generales, o porque tanto periodismo falso me abruma. Sin embargo llevo unos días prestándoles atención porque existe un caso que realmente me interesa, ya sea por cercanía a vivencias parecidas o por la injusticia que realmente me parece.
Ángel Hernández, un señor mayor, que ha dedicado treinta años de su vida al cuidado exclusivo de su mujer, enferma de esclerosis múltiple la enfermedad más horrible que el ser humano puede llegar a conocer tras petición de ella, al no poder aguantar más los terrible dolores que produce, le pidió acabar con su sufrimiento, proporcionándole una muerte digna, es decir, que la ayudó con todo el dolor, pero también todo el amor que sentía y siente, estoy segura de ello, hacía ella, a suicidarse.
Hoy este hombre, va a ser investigado desde la ley de violencia de género por homicidio.
¿De verdad es esto justo? Igual deberíamos de sentarnos a pensar en cambiar la ley, y proporcionar a estas personas su derecho, que es lo que debería de ser, a una muerte digna.
Desde aquí, gracias Ángel por hacer visible de la forma más dolorosa, todo el sufrimiento e intentar concienciar a la población de un cambio en un futuro próximo.
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